miércoles, 11 de noviembre de 2009

Belle


Tumbada sobre la cama, con tus ojos cubiertos, mis caricias y mis besos alcanzaban donde todos tus sueños puedan llegar.

Mis manos rastreaban con ahinco el perfil de tu cuerpo desnudo, mis labios recorrían la seducción de tu sexo, mis ojos beatificaban la belleza de tu pecho y mi ser se cernía potente y prepotente al mismo tiempo mientras la lujuría abría paso al amor.

¿Qué es el amor? Su vertiente más mundana, más profunda, más..simplemente más. Dos corazones entrelazadas, un destino y un hado caminando por la misma senda, tu senda, mis sueños, nuestros recuerdos, nuestros cuerpos, tu y yo.

Tu con tu nombre propio, tus garantías, habilidades y pericias, manías y defectos, concurrencia de un estio perfecto que todavia nos queda por llegar, y en mi mente una fecha a finales de agosto que concluyó el principio de aquello que llaman felicidad.

Somos almas gemelas, nacidos bajo el mismo signo. Somos seres encontrados que siguen su camino, unidos por sus manos, sus huellas, su prófugo destino corrupto de sentidos impropios que no sean los nuestros.

Me llamas ciego por quererte, y sin embargo a tu paso la luna se refleja en tu rostro, las estrellas bailan contigo al unísono compás del diapason siempre afinado en La Mayor.

Tus virtudes son mis defectos, tus defectos son mis virtudes.

La distancia es el olvido, pero mi corazón se halla contigo a cada segundo, porque fue mi presente en el mismo momento en que te conocí. Dueña de mi alma, dueña de mi ser, dueña de mi, comparto contigo mi camino porque somos dos lineas paralelas que en el infinito se uniran para formar una sola.

Te quiero con locura, y la locura forma parte de mi ser.

Y allí, me encuentro tumbado en esa cama, observando como ante mi duerme la mujer perfecta para mis sentidos, mi ángel prohibido, la fruta de mi mente, la semilla naciente de todos aquellos que partiran, aquella que comparta conmigo mi último adios.


Para la niña de mis ojos.

0 comentarios: