martes, 15 de septiembre de 2009

Ego interior


¿Quién arrojará sobre mi tumba una rosa el día en que muera?

¿Qué lágrima recorrerá la mejilla que yo tantas veces haya besado, que ni siquiera pueda llegar a caer?

¿Quién, o qué...seguirá con un vagabundo de sentimientos que se pierde entre los más bellos sueños de soledad?

Y asi eres tu, mi pareja, mi querida, mi amor, mi soledad. Consciente de mi lecho de muerte, yacido en la tierra mi cuerpo y mi mente descansan, esperando que un corazón vuelva a latir, un corazón que se perdió entre el anal de una historia que nunca termino de llegar. Aferrado a su muerte separó de su cuerpo, huidizo del hado que le cabría esperar.

Y sigo vivo en mi entierro en vida, y sigo yermo sin sentido y sin mi ser, queriendo encontrar el camino, perdiéndome en cada paso que doy, envuelto en unos zapatos de hormigón.

Abro los ojos ciegos de locura, sentidos de un llorar eterno, y el descanso que ahogaría en pena su lamento, ahora se convierte triste en su cantar. Plagio de nimias lecturas, frases ocurridas en el pesar, yo muero en mi ser lleno de soledad.

¿Dónde estas mi amante? ¿Por qué me has abandonado? Siempre fui fiel a tu deseo, a tu pesar, y cuando la naturaleza llamaba a mi puerta, corría siempre sin mirar atrás. Recorrí playas, crucé oceános y siempre volví a tu lado, mientras me recibías con los brazos abiertos, caídos, maternales y amantes, como si de un niño u hombre se tratase.

Pero la ilusión embarga mi realidad, en mi lecho sin estar cubierto de rosas, en la fosa comun de la embriaguez y realidad. Y ahora me abandonas, mi amada soledad.

Fuiste la musa que inspiro mis sentidos, fuiste la diosa que yo alabé, fuiste aquella mujer que nunca quise perder, fuiste tu, mi amiga, mi disculpa, mi amor.

Y ahora me abandonas a mi suerte...

Y ahora ahogas en mi mente tu última palabra de adios...

Ahora, nadie echará una flor sobre mi tumba.

Una leve lluvia comienza a caer, una leve lluvia moja mis mejillas blanquecinas, quizás y solo quizás, el cielo que me acompaño en silencio y sin saberlo pueda derramar una lagrima el día en que muera.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Paso a dejarte un abrazo desde mi rinconcito. Un beso.

Eli, dijo...

tocaste un pedacito de mi alma, con la profundidad, con la melancolia de tus palabras.
Eli,

Mª Teresa Sánchez Martín dijo...

Me encanta este párrafo: "Pero la ilusión embarga mi realidad, en mi lecho sin estar cubierto de rosas, en la fosa comun de la embriaguez y realidad. Y ahora me abandonas, mi amada soledad"

Saludos

Melancholia dijo...

Un placer volver a leerte...sobretodo sabiendo que nunca me dejarán indiferentes tus palabras...Y estas me han retorcido el interior.( aquí se pondrían los ruidos de aplausos jajajaja)
Mil besos